TEATRO
La tradición teatral de comienzos
de siglo consideraba al texto la base de la representación. Cuando el texto
sirve de base a una representación, la representación misma -escenario,
actores, público, etc.- constituye el segundo elemento. Siendo por ello la
principal característica del hecho dramático el "autor", esto es, la
persona que crea algo motivo de una representación y de una contemplación por
parte del público. El teatro era casi una representación casi personal entre un
autor y el público. Es una concepción burguesa del teatro, como producto de un
sujeto libre que comunica algo suyo a otros sujetos.
Sin embargo se va a poner en
entredicho este esquema, valorando menos o anulando totalmente el papel del
texto y, por ende, del autor. Lo que queda es una representación ante un
público, abdicando incluso este de su papel pasivo, contemplativo, y pasando a
tomar parte también de la representación.
Las nuevas formas teatrales ensayan a partir de estos supuestos formas
dramáticas complejas que en cierto modo devuelve a los actos teatrales su
sentido primitivo.
El Naturalismo, al representar demasiado
crudamente la realidad, una realidad a menudo amarga, cruel o muy desagradable,
constituyó una novedad y una osadía
intolerable. Con el naturalismo entraron en escena los barrios miserables, el
mundo del trabajo, los bajos instintos, los seres desarraigados y el diálogo
sencillo que imitaba el coloquio real. Desde el punto de vista teatral cobra
especial importancia el director
escénico, que tratará de reproducir lo mejor posible la realidad,
introduciendo anticonvencionalismos como la "cuarta pared", los
actores pueden hablar de espaldas al público, etc. La obra naturalista debía de
tratar representar, a la vez que la realidad sensible, la realidad sicológica y
las fuerzas sociales que influían en ella.
El avance de la ciencia y la técnica coloca al hombre inerme ante la
realidad, y el escritor sólo podía limitarse a observar la vida y describir el
dolor y la miseria de ese hombre solo, vencido por el medio, por la fuerzas
colectivas. Curiosamente este avance de la ciencia y la técnica contribuyó al
realismo de las representaciones teatrales: artilugios mecánicos, luz
eléctrica, etc.
Los noruegos HENRI IBSEN (1828-1906) y B.
BJÖRNSON ( 1832-1910) escribieron obras en prosa, sobre la realidad
contemporánea, de final no obligatoriamente ni feliz ni trágico, de tema a
veces desagradable para el público. Idéntica tarea realizó el sueco A. STRINDBERG (1849-1912). Las obras
de estos autores electrizaron al público más sensible de todos los países y
levantaron grandes polémicas. El naturalismo entró en los teatros de Europa,
saliendo ya en 1914 cuando ya habían sido tomados por las vanguardias.
El movimiento de renovación contra el teatro convencional y oficial de
etapas anteriores tuvo su culminación con la apertura de pequeños teatros independientes, mantenidos por un grupo de
aficionados, que ensayaban ante un público selecto y muy reducido las nuevas
obras naturalistas con una escenificación también naturalista. Ejemplos de ello
son el TEATRO LIBRE de París, el TEATRO LIBRE E INDEPENDIENTE de Berlín,
el TEATRO INDEPENDIENTE de Londres,
el TEATRO LITERARIO IRLANDÉS.
Consideración aparte merece el TEATRO DE
ARTISTAS DE MOSCÚ, una de las fundaciones más importantes en toda la
historia del arte dramático. Fue decisión de un escritor-director (W.I.N. DANCHENKO) y de un
actor-director (STANISLAVSKI).
Contando con la colaboración de la burguesía moscovita, y las colaboraciones de
CHEJOV, TOLSTOI, y GORKI, impuso
un modo de trabajar y un método de representar, en cuyo centro se encuentran
las teorías de Stanislavski acerca del actor, casi una religión, un proceso de
purificación de la vida misma del actor, que conduce a la verdad
interior(atención interna como externa, buena voluntad, absoluta paz de espíritu
y completa quietud, ningún temor).
Los gérmenes
del simbolismo estaban claramente en
Stanislavski cuando buscaba una
"verdad sicológicamente profunda". Para la evocación de esta verdad
interior o poética se echará mano de la escenificación imprecisa, difusa,
simbólica, cuyos elementos esenciales serán la luz y la música. El escenario no
deberá mostrar el medio ambiente, sino alumbrar espacios anímicos. Su tarea no
es descubrir, sino evocar. El simbolismo acabó con el naturalismo y abrió el
camino del expresionismo y de las vanguardias.
El
simbolismo dramático se acuñó en Francia a través del TEATRO DEL ARTE, cuyos escenógrafos fueron el suizo Adolfo Appia y el inglés Gordon CRAIG, quienes buscaron la
estilización de la escena para representar el ambiente espiritual de la obra o
de algún personaje que envolviera y arrebatara totalmente al espectador. La
obra de Craig "El arte del teatro" es un clásico de la teoría teatral.
Las obras clásicas del repertorio simbolista son óperas wagnerianas, ballets (DEBUSSY), el teatro poético de autores
como el italiano D'ANNUNZIO.
La guerra
mundial (1914-1918) trajo como consecuencia el replanteamiento total de la
funcionalidad y finalidad del teatro. La guerra acercó la realidad -la interior
y la exterior- al teatro y subordinó lo estético y lo lírico a lo práctico y a
lo sicológico. Fue muy importante para la historia del teatro el despegue del
género en los Estados Unidos, a partir aproximadamente de 1920.
En esta
época nacen las dos corrientes más importantes que informarán el teatro
contemporáneo: el teatro de vanguardia y
surrealista (A. JARRY, ARTAUD) y el teatro de propaganda o épico (PISCATOR, BRECHT, MEYERHOLD).
Con el
nombre de expresionismo se comenzó a designar a las obras artísticas cuyo
significado literal no era fácil de descifrar, porque "expresaban" la
verdad interior, personal, profunda de un personaje. Tiene sus raíces en la
situación histórica: el hombre ya no admite describir más la realidad y se
subleva expresando ese retorcimiento de su dolor y de su angustia. El principal
foco expresionista se halla en la Alemania que sale destrozada y derrotada de
la guerra.
La obra
expresionista era una curiosa mezcla de lo abstracto y lo concreto. Trataba de
presentar los valores subjetivos, de ver más allá y por encima de la realidad
interior. En la presentación, el expresionismo prefería los símbolos antes que
la escenografía. Un arco gótico es una catedral, un árbol cubierto de nieve
simboliza la muerte. El diseño escénico era plano, angular, distorsionado.
La otra cara
del expresionismo es el subjetivismo o impresionismo. Así lo define A. NICOLL: "una pieza es subjetiva
cuando todas sus escenas y personajes, la integridad de su tema, están
consecuentemente coloreados por la personalidad propia del autor". Se trata
de la superación del drama naturalista por vías de un neorromanticismo, de una
profundización sicológica en la propia persona, que se da como tema y motivo de
la obra, o a través de cuyas ideas e impresiones se contempla un tema. Aunque
la mayoría de los impresionistas se embarcaron en las corrientes de vanguardia
(dadaísmo, surrealismo, ...), algunos prefirieron el escorzo religioso,
principalmente el francés PAUL CLAUDEL
(1868-1955), que escribió dramas entre poéticos y religiosos de gran belleza: Salida al mediodía (1906), El anuncio hecho a María (1912), El zapato de raso (1930). A esta
tendencia habría que adscribir el teatro de UNAMUNO.
LOS
VANGUARDISMOS EN EL TEATRO
ALFRED JARRY estrenó en París, en 1896, una obra, Ubu-rey, considerada como la fuente
próxima inicial del teatro actual. Eran los años del triunfo del naturalismo en
los escenarios del teatro independiente de toda Europa. Véase el decorado
inicial:
"Una cama de cortinas amarillas, con su
orinal correspondiente, pintada bajo un cielo azul por donde caía la nieve; una
horca con su ahorcado equilibrando una palmera con boa; una ventana florida de
búhos y murciélagos volando por
encima de colinas vagamente cubiertas de bosques; y sobre todo ello un sol
rojísimo formando nimbo en torno a un elefante; debajo, el altar de los hogares
modernos: la chimenea, con su reloj
que servía de centro, y puertas de dos hojas hasta el cielo, para que entraran
los personajes".
El primer personaje que entró,
dirigiéndose al público, dijo: "¡Mierda!" Se produjo un enorme
escándalo: algo había cambiado en el teatro.. Se trataba de romper con el
teatro naturalista mediante la agresividad, la irracionalidad y la negación
absoluta. Quince años más tarde la bandera de JARRY sirvió de ejemplo para los dadaístas y el irracionalismo
surrealista.
ARTAUD, cofundador del
Teatro Jarry en su obra El teatro y
su doble (1938) "un teatro donde violentas imágenes físicas quebranten
e hipnoticen la sensibilidad del espectador, que abandone la sicología y narre lo
extraordinario que induzca al trance". Esto es, el teatro puede liberar
las fuerzas ocultas en el subconsciente de los espectadores, de donde su raíz
surrealista. Trataba de buscar la participación del público en el espectáculo:
"queremos resucitar una idea de espectáculo total, donde el teatro recobre
del cine, del music - hall, del circo y de la vida misma lo que siempre fue
suyo. Es imposible y estúpido intentar separar los sentidos de la
inteligencia". "Por eso, en el teatro (...) el espectador está en el
centro y el espectáculo a su alrededor".
EL TEATRO ÉPICO Y COMPROMETIDO
A raíz de a
revolución de 1917 en Rusia, el teatro se puso al frente de la causa del
proletariado. Era un teatro de propaganda y agitación. Esta forma teatral
culmina con la obra teatral del alemán BERTOLD
BRECHT (1898-1956) que, confrontando las características del teatro europeo
de su tiempo con el teatro épico, elaboró una tablas que se han hecho desde
entonces famosas: el objetivo está en alejar la obra del espectador, evitando
su identificación emocional con lo que se está representando, para así agudizar
su conciencia crítica, discerniendo siempre entre lo que ve -ficticio- y el campo en donde debe actuar:
la vida real.
La misma
función de desencantar al público se halla en las obras del italiano LUIGI PIRANDELLO (1867-1936), pero cuyo
tema fundamental es el problema sobre la realidad y las apariencias, para
confundir al espectador de modo tal que
la cuestión queda sin solución posible: Así
es si así os parece (1918) y Seis personajes
en busca de autor (1921).
EL TEATRO
EXISTENCIAL Y DEL ABSURDO
Tras el
desastre de la segunda guerra mundial surge una corriente de literatura
existencial que dramatiza la angustiosa situación del hombre solo en un mundo
absurdo. Existencialismo y teatro del absurdo serán que ente la misma pregunta responden de dos
modos diversos:
J.P.SARTRE ( Las moscas, La puta
respetuosa, Las manos sucias El diablo y el buen Dios), y sobre todo A. CAMUS
(El malentendido, Calígula, Los justos),
para expresar el sinsentido de la existencia, su angustia, utilizan un estilo
tradicional, basado en el orden sintáctico, cuidando la estructura escénica,
esto es, cuidan la lógica para expresar el absurdo.
IONESCO, BECKETT, ADAMOV, GENET unen fondo y forma y presentan el absurdo absurdamente. En
1950 se estrenó La cantante calva de
IONESCO, y en 1953 Esperando a Godot,
de SAMUEL BECKETT, obras en las que
se podría señalar que el lenguaje es un es un elemento de incomunicación, a
través del cual, ni el espectador puede saber lo que pasa, ni los actores son
capaces de hacerse entender entre ellos