martes, 9 de febrero de 2016

LA PLÉYADE Y PIERRE RONSARD

En la  poesía del Renacimiento vienen a confluir tópicos que se retoman de la antigüedad clásica. Los temas, pues, son viejos; la belleza no necesita de la originalidad. Pero lo hacen en lenguas que, salidas de su embrionario estadio en la Edad Media, presentan resplandores de apogeo. En este celebérrimo soneto de Ronsard (1524-1585) se dan ambas condiciones. El francés de Ronsard está muy lejos de la Chanson de Roland. Del pasado latino son los temas del fugit tempus, del carpe diem horaciano, la imitación del collige, uirgo, rosas de Ausonio. La fugacidad de la vida, del tiempo que corre y la necesidad de apresarlo antes de que sea demasiado tarde, dan cuenta de una vida de aquí y ahora, en contraposición con el mañana de recompensas de ultratumba de los siglos medievales; un dejo de epicureismo más o menos acusado reemplaza a las certidumbres cristianas. La rosa, como en Ausonio, es símbolo privilegiado de esa brevedad; en España, por ejemplo, Garcilaso deja el magnífico endecasílabo:“marchitará la rosa el viento helado”. La mujer (o el efebo) son apremiados a no postergar su amor inútilmente: recuérdense los sonetos de Shakespeare, o el A su esquiva dama de Andrew Marvell.
Muchos amores inspiraron la pluma de Ronsard; la musa de este soneto fue  Hélène de Surgère; como el mismo poema lo sugiere, son estos versos su garantía de inmortalidad. Está escrito en alejandrinos, métrica que Francia privilegiará muy por encima del endecasílabo petrarquista o hispánico. La traducción, sin rima, trata de conservar el metro y, con acierto o no, se toma ciertas libertades.
SONETO A HELENA
Cuando seas anciana, de noche, junto a la vela
hilando y devanando, sentada junto al fuego,
dirás maravillada, mientras cantas mis versos:
«Ronsard me celebraba, cuando yo era hermosa»,

Ya no tendrás sirvienta que tales nuevas oiga
y que medio dormida ya por la labor
se despierte al oír el sonido de mi nombre,
bendiciendo el tuyo con inmortal alabanza.

Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos
reposaré junto a la sombra de los mirtos,
y tú serás una anciana junto al hogar encogida.

Lamentando mi amor y tu desdén altivo
Vive, créeme, no aguardes a mañana:
Coge desde hoy las rosas de la vida
.

Sonnet à Hélène

Quand vous serez bien vieille, au soir, à la chandelle,
Assise
 auprès du feu, devidant et filant,
Direz, chantant mes vers, et vous esmerveillant :
Ronsard me celebroit du temps que j'estois belle.

Lors vous n'aurez servante oyant telle nouvelle,
Desja sous le labeur à demy sommeillant,
Qui, au bruit de Ronsard, ne s'aille réveillant,
Benissant vostre nom de louange immortelle.

Je seray sous la terre, et, fantosme sans os,
Par les ombres myrteux je prendray mon repos;
Vous serez au fouyer une vieille accroupie,

Regrettant mon amour et vostre fier desdain.
Vivez, si m'en croyez, n'attendez à demain ;
Cueillez dés aujourd'huy les roses de la vie.

A partir de 1547 y a lo largo al menos de cinco años, una serie de jóvenes admiradores de la cultura greco-latina acudieron a los cursos del célebre humanista Dorat, en el colegio de Coqueret, en París. Entre ellos estaban RonsardDu Bellay y Baïf. Estudiaban a los grandes maestros clásicos bajo el reciente prisma del humanismo. A petición de Francisco I, trabajaron también por la estandarización y el enriquecimiento de la lengua francesa, añadiendo cultismos y neologismos que sirvieran para enriquecerla.
La Defensa e ilustración de la lengua francesa se publicó, con la firma de Joachim Du Bellay en 1549. Se trata de un manifiesto que de algún modo resume la doctrina del grupo:
  • 1. Defender la dignidad de la lengua francesa como lengua culta de igual rango que el latín contra los que no la consideran como tal.
  • 2. Renovar las letras francesas mediante la imitación de los clásicos grecolatinos y los poetas del Renacimiento italiano PetrarcaDanteDolce stil nuovo.
  • 3. Enriquecer o ilustrar la lengua francesa ilustrándola mediante la introducción de vocablos extraídos de los dialectos franceses y de cultismosprovenientes de las lenguas clásicas.
  • 4. Aumentar el repertorio de géneros y formas poéticas de la métrica francesa introduciendo estrofas nuevas grecolatinas e italianas (sonetosodaselegíashimnoséglogas...)
  • 5. Aportar nuevos recursos literarios y retóricos, como el encabalgamiento o enjambement.
  • 6. Renegar de la literatura francesa medieval y sus géneros y volver a los géneros poéticos de la Antigüedad.
  • 7. Rechazar el marotismo( a Clement Marot, poeta del XVI).
El grupo niega la poesía como ejercicio de ingenio: la misión del poeta es servir a la belleza y hacer que la genialidad francesa se manifieste. Como para hacer prosperar sus teorías era necesario ser más beligerantes al principio, adoptaron el nombre de La brigada. Sin embargo, más adelante se transformaron en La Pléyade y, aunque con bajas y altas más adelante, fueron (como las estrellas de la constelación) siete:
También se consideran miembros del grupo en algún momento Guillaume des AutelsJacques Pelletier du Mans y Jean de la Péruse.
Defienden a la vez la imitación de los autores grecolatinos y el valor cultural de la lengua francesa. Propugnan el alejandrino y el soneto como formas poéticas mayores.