Salinger publicó en 1951 este libro que tanto huella ha dejado en todos los ámbitos.
Este es el comienzo de la novela en el que vemos con absoluta rotundidad el tipo de narrador.
Este es el comienzo de la novela en el que vemos con absoluta rotundidad el tipo de narrador.
Si
de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán
saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué
hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo
David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso.
Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría
un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para
esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente,
no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además,
no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales.
Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las
Navidades pasadas, antes de que me quedara tan débil que tuvieran
que mandarme aquí a reponerme un poco. A D.B. tampoco le he contado
más, y eso que es mi hermano. Vive en Hollywood. Como no está muy
lejos de este antro, suele venir a verme casi todos los fines de
semana. Él será quien me lleve a casa cuando salga de aquí, quizá
el mes próximo. Acaba de comprarse un Jaguar,
uno de esos cacharros ingleses que se ponen en las doscientas millas
por hora como si nada. Cerca de cuatro mil dólares le ha costado.
Ahora está forrado el tío. Por si no saben quién es, les diré que
ha escrito El
pececillo secreto,
que es un libro de cuentos fenomenal. El mejor de todos es el que se
llama igual que el libro. Trata de un niño que tiene un pez y no se
lo deja ver a nadie porque se lo ha comprado con su dinero. Es una
historia estupenda. Ahora D.B. está en Hollywood prostituyéndose.
Si hay algo que odio en el mundo es el cine. Ni me lo nombren.
'El
guardián entre el centeno' ('The
Catcher in the Rye'
), J. D. Salinger, 1951, Alianza
Editorial.
Prólogo
Yo
por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas
ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la
sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle
algo que le agrade, y a los que no ahondaren tanto los deleite. Y a
este propósito dice Plinio que no hay libro, por malo que sea, que
no tenga alguna cosa buena; mayormente que los gustos no son todos
unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello. Y así vemos
cosas tenidas en poco de algunos, que de otros no lo son. Y esto para
que ninguna cosa se debería romper ni echar a mal, si muy detestable
no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin
perjuicio y pudiendo sacar de ella algún fruto. Porque, si así no
fuese, muy pocos escribirían para uno solo, pues no se hace sin
trabajo, y quieren, ya que lo pasan, ser recompensados, no con
dineros, mas con que vean y lean sus obras y, si hay de qué, se las
alaben. Y, a este propósito, dice Tulio: «La honra cría las
artes».
(…)
Y
todo va de esta manera: que, confesando yo no ser más santo que mis
vecinos, de esta nonada, que en este grosero estilo escribo, no me
pesará que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella
algún gusto hallaren, y vean que vive un hombre con tantas fortunas,
peligros y adversidades.
Suplico
a Vuestra Merced reciba el pobre servicio de mano de quien lo hiciera
más rico si su poder y deseo se conformaran. Y pues Vuestra Merced
escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso, parecióme no
tomarle por el medio, sino del principio, porque se tenga entera
noticia de mi persona, y también porque consideren los que heredaron
nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos
parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con
fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.
Tratado
primero
Cuenta
Lázaro su vida y cúyo hijo fue
Pues
sepa Vuestra Merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de
Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de
Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río
Tormes, por la cual causa tomé el sobrenombre; y fue de esta manera:
mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de
una aceña que está ribera de aquel río, en la cual fue molinero
más de quince años; y, estando mi madre una noche en la aceña,
preñada de mí, tomóle el parto y parióme allí. De manera que con
verdad me puedo decir nacido en el río.
El
Lazarillo de Tormes ,
Anónimo, 1554.
En 1554 se publicó en La España del Renacimiento El Lazarillo de Tormes, establece las aportunas similitudes en cuanto al tipo de narrador.
¿Qué relación tiene este libro con John Lennon?
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